Un pequeño tropiezo arqueológico

Hoy, en mi paseo largo de tarde con Tiras, subimos por el Asombro.

Hacía un tiempo largo que no me subía la cuesta de marras y me siguen impresionando las vistas que se ofrecen según vas alcanzando la cima,  hasta llegar a la altura del banco de Chispa y más allá (la historia de este banco se queda entre los hermosos secretos de Segovia)…

En esta ocasión el principal aliño a la habitual búsqueda de la calma que me otorgan estos paseos era poder sacarme la mascarilla un rato, en el campito, y comerme unas pipas tranquilamente, así que una vez arriba y tras ver que no había moros en la costa, me bajé la susodicha hasta la barbilla y me di con avidez a mi bolsa de pipas. He de reconocer que he cogido bastante pericia, sacando la pipa con el mínimo movimiento necesario y de manera tan inconsciente como el respirar, apenas reparo en ello hasta que me toca una amarga.

Mientras andaba pensativo, ajeno a los estragos que causaba entre las filas de proyectos de girasol tostados, alcancé ese punto del camino en el que unas piedras de buen calibre sirven de mirador y atalaya para contemplar varias de las figuras arquitectónicas más reconocibles de Segovia, y donde rara vez vengo a detenerme. Pateando piedras mientras paseaba, observé incrustado en el suelo un pedazo de loza blanca e interesado por si era un aislador, los “rescato” para un amigo, me agaché a intentar desenterrarlo.

Tras un rato escarbando en el que probé diferentes herramientas para sacar el pedazo de loza, me llegó media decepción al ver que no se trataba de un aislador pero, ya que lo tenía prácticamente liberado, le puse algo de ahínco hasta que logré sacarlo y, tras observar el fragmento que quedaba del sello de la fábrica en la base del mismo sin identificar nada, me lo eché al bolsillo con la intención de tirarlo al final del paseo. Seguimos brujuleando Tiras y yo, él a las flores, yo diezmando puñado tras puñado de pipas, sin mirar dónde poníamos rumbo, y acabamos bordeando piedras un buen rato sin hallar ninguna senda que nos sacase al barrio de San Marcos.

Ya me veía desandando todo el camino cuando un poco más adelante, cerca de uno de los focos que iluminan la Veracruz, me fijé en otro pedazo de material cerámico, esta vez de arcilla marrón típica de la cerámica desarrollada por diferentes artesanos de la zona en los años de oro del cochinillo segoviano. Puestos a recoger cosas, decidí llevarme también éste fragmento de historia reciente de la región y ya me fue imposible no continuar el resto del paseo bajo el alcázar imaginando aventuras en la búsqueda de reliquias ancestrales al más puro estilo Tadeo Jones o ese apenas conocido objeto de mi estudio, el Dr. Templetaub

Estos son los dos fragmentos cómplices de mi tarde de aventuras y semilla de estas pocas letras que os ofrezco:

restos cerámicos de botijo y cuenco

restos botijo y cuenco

Fruto de esas ensoñaciones del resto del paseo, al final si que me dio por investigar un poco más en las dos piezas que me había encontrado, gracias a lo cual, he podido entender que la artesanía cerámica [6] existe en Segovia desde aproximadamente el 2200 A.C en que por Santibañez de Ayllón alguien olvidó un vaso de 2 cm de altura con forma de campanita [7] (se me ocurre que podría contener cera para hacer algún tipo de vela?), que el botijo [4] nos acompaña desde el año 2300 A.C. y probablemente tenga su origen en la cultura argárica [5], que es una palabra en cuya raíz se infiere una mezcla de origen latino y mozárabe y cuya primera referencia en nuestra región data del siglo XIII, aunque en toda la península acuña diferentes nombres como búcaro, cachucho, ñañe, rallo, càntir, txongila o pichilin y existe hasta un modelo matemático que trata de desentrañar la extraña física, química y matemática que mágicamente refrigeran el agua del interior del mismo.

Ahondando en la última reliquia encontrada, el fragmento de botijo, y observando esos pocos trazos casi ilegibles que parecen esbozar “Rdo”, la imagino como una pieza fruto de la alfarería artesanal que intenta mantener a flote la economía local superviviente en los años de oro del cochinillo cortado al plato y que algún comensal, ahíto de carne y vino en algún restaurante de la zona, retiró de la mesa previsor para refrescarse tras el paseo hacia algún lugar sombreado en el que solazarse y disfrutar de una posiblemente más que deseable siesta en esa linda zona cerca del cruce de Zamarramala y que, con la torpeza de la borrachera, acabó hecho añicos donde fui a encontrármelo yo, que por cierto, sí que hay alguna buena sombra.

restos cerámicos de botijo

restos de botijo

La primera pieza la reservo para el final, porque de ella aún he sacado más jugo de la historia de la zona, y es que, tras una primera búsqueda en internet, ya la wikipedia nos enseña una referencia a una fábrica “La Segoviana” [1] en la que se elaboraban piezas de loza, iniciada por Melitón Martinez a mediados del siglo XIXy por la que pasaron diferentes empresarios y artistas, que se consolidó entre finales del siglo XIX y principios del s XX gracias a varios factores como la incorporación de técnicas y maquinaria nuevas, la integración del aprovisionamiento de materiales en los alrededores, obteniendo la madera de San Ildefonso, Revenga y Navafría y los áridos de la zona de Otero de Herreros y una misteriosa inversión que la salvó de la quiebra hacia 1915 [3], y que cerró definitivamente en 1992 (año muy interesante en la historia reciente de España).

Mientras leía ese artículo, no sabéis la emoción de darme cuenta de que tenía un buen candidato para la pieza encontrada, un tazón de mediados del siglo pasado en la Fábrica La Segoviana, durante el tiempo que la mantuvo la familia Gil Vargas:

Restos de cuenco de loza blanca

restos de cuenco de loza blanca

La pieza a la que se asemeja es la siguiente:

Y gracias a su cebo he aprendido que la loza se compone de cuarzo y caolín, ambos abundantes y de calidad en nuestra región, especialmente por la zona de Otero de Herreros, y que el caolín [2], además de ser una alternativa ecológica al uso de cementos de tipo portland, puede emplearse para el control de algunas plagas agrícolas ecológicas y existe una corriente de personas, los geófagos, que lo comen como medida de ayuno.

 

Enlaces de interés que he ido recogiendo:

[1]Sobre La Segoviana. https://es.wikipedia.org/wiki/F%C3%A1brica_de_loza_La_Segoviana

[2]Sobre el Caolín. https://es.wikipedia.org/wiki/Caolinita

[3] Sobre La Segoviana. http://gregorioarnanz.blogspot.com/p/la-segoviana.html

[4] Sobre El Botijo. https://es.wikipedia.org/wiki/Botijo

[5] Sobre la cultura Argárica. https://es.wikipedia.org/wiki/Cultura_arg%C3%A1rica

[6] Sobre la cerámica en Segovia. https://es.wikipedia.org/wiki/Alfarer%C3%ADa_en_la_provincia_de_Segovia

[7] Sobre Santibañez de Ayllón. https://es.wikipedia.org/wiki/Santib%C3%A1%C3%B1ez_de_Ayll%C3%B3n


La Casa de la Lectura de Segovia y el Confinamiento

Transcribo aqui un pequeño texto que escribí a petición de la Casa de la Lectura de Segovia al hilo de la hermosa inciativa que están promoviendo.

Esta iniciativa, que pretende animar las horas de las personas mayores y más dificultadas que, durante este confinamiento, han visto su situación empeorada debido a las restricciones impuestas. Mediante la iniciativa, para traeros un resumen, buscan que voluntarias lectoras comuniquen con estas personas recluídas y, además de compartir algo de tiempo, vayamos leyendo algún libro o historia que pueda ser de su interés.

El confinamiento para mí no supuso, inicialmente, un gran cambio respecto de la situación que vivía originalmente. Aclaro que no fue gran cambio porque ya trabajo, desde hace bastante tiempo, remotamente desde mi casa y, al tener un perrete que me acompaña en la vida, tampoco me encontraba en la situación de restricción absoluta que se encuentran otras muchas personas a mi alrededor, pudiendo salir unos breves minutos a disfrutar del aire fresco. No obstante, mi propia situación familiar me hacía muy evidente estas restricciones tan comprometedoras para otras muchas personas y, de alguna manera, ardía en deseos de poder proporcionar, de la manera que fuese, un poco de luz a algunas de las personas que, encerradas, no podían disfrutar de estos privilegios que yo sí disponía.

Por eso, cuando leí la propuesta de La Casa de la Lectura de Segovia, se me antojó una perfecta oportunidad para, de alguna manera, traer paisajes e historias de otros mundos a quienes no tenían ocasión de salir, así que me apunté entusiasmado.

Ha sido una de las mejores decisiones que he tomado durante este confinamiento.

Al principio sentía algo de nervios por cómo sería la situación: llamar a una persona desconocida para leer, con ella, algún texto o historia que nos interesase, y reconozco que, en esos momentos previos a la primera llamada, sentía el corazón palpitando como si se me fuese a salir del pecho.

Todos esos nervios desaparecieron instantáneamente en cuanto escuché la dulce voz de Concepción, al otro lado del teléfono, preguntando: ¿Quién es?.

Esa tarde buscamos algunas de las leyendas de Segovia que, junto a una buena batería de otros libros, la Casa de la Lectura de Segovia ponía nuestra disposición para compartir con las oyentes, descubriendo algunas interesantes anécdotas de la provincia que ninguna de las dos habíamos escuchado antes y, tras terminar las lecturas, ya habíamos decidido el nuevo libro que compartiríamos en futuras lecturas: “El Principito”, de Antoine de Saint-Exupéry.

 ©El Principito, de Antoine de Saint-Exupery

 

©El Principito, de Antoine de Saint-Exupery

 

Nos hemos devorado, ese libro, en estas pocas semanas que hemos compartido. Todas las tardes, tras conversar un ratico sobre cómo estábamos y qué tal había ido el principio del día, nos poníamos con la lectura. A veces leíamos uno o dos breves capítulos, otras veces, con la paz propia del disfrute de la lectura, seguíamos leyendo sin darnos cuenta hasta habernos recorrido varios capítulos de la historia de “El Principito”. Y todas las tardes, tras comentar un poco acerca de qué nos había parecido lo leído de la historia, quedábamos para el día siguiente con el espíritu más fresco y el corazón más ligero. Con ganas de escuchar a Concha, otra vez.

©El Principito, de Antoine de Saint-Exupery

 

Porque si, desde casi el primer día, Concepción pasó a ser Concha y nuestras llamadas, a ser esa vía de escape tan increíble que, desde el principio, esperaba que fuesen.

“Yo, se dijo el principito, si tuviera cincuenta y tres minutos para gastar, caminaría muy suavemente hacia una fuente…” (XXIV)

Este miércoles, ambas con la voz ahogada por la emoción, nos despedimos de “El Principito”. Fue un momento de esos para no olvidar, sentado en el jardín, leyendo los últimos párrafos de la historia, con el cacareo de las gallinas de mi vecina Mari acompañándonos de fondo.

Y habiendo terminado una historia tan bonita, volvimos a confirmar que queríamos seguir llamándonos y que, como siguiente propuesta de lectura, atacaríamos “El Quijote”.

Y aquí estamos, esta tarde nos leeremos el prólogo y acompañaremos Concha y yo, cual ávidas exploradoras, al famoso hidalgo y su ocurrente escudero en las aventuras que Don Miguel de Cervantes nos quiera narrar.

¡Gracias y abrazos mil por tan bonita iniciativa!

Ánimo a todas y no dejéis de visitarlas en su blog!


presentación

Dynamiks nació hace unos cuantos años ya…

Vino a cubrir una necesidad personal, no ya de vomitar lo que pensaba, sino de, alguna manera, sacarlo fuera, exponerlo cual herida abierta que necesitase de aire fresco y saludable para sanar.

En aquel momento, la posibilidad de publicar era diferente, servicios como los actuales blogs “gratuitos” que se ofrecían en la red de redes no parecían esos sacamonedas ofrecidos por grandes corporaciones que, a toro pasado, han venido demostrando que tienen otros rendimientos ocultos.

La forma de conexión tampoco era tan constante, aquellos que disponían de una conexión ADSL eran unos auténticos privilegiados, que la tenían bien por tener “mucha pasta”, bien por estar trabajando para alguna empresa que precisaba que sus trabajadores dispusiesen de la misma. Aún sigue así, en cierto sentido, pero entonces, casi todos nos apañábamos con bonos de horas de la ya caída en desuso Red Telefónica Conmutada (RTC), el dichoso cobre, vaya, y sacábamos el jugo a todas las horas que podíamos de los cibercafés, bibliotecas y otras alternativas disponibles.

Hice algunos experimentos por colgar estas ideas a través de servicios montados en casa, aunque pronto me di cuenta de que, si quería mantenerlo 24 horas al día activo, entre los bonos de horas y los ataques informáticos, ésta no era una opción viable, así que estos servicios ofrecidos externamente por grandes corporaciones, para un estudiante con cuatro perras, eran la panacea a la hora de publicar sus paridas mentales.

Tampoco mi visión sobre la vida era la misma, aunque ya encantado por la idea de la autogestión y enamorado de la libertad que parecía emanar de la conexión abierta al mundo, mantenía un criterio bastante inocente, sobre el mundo y sobre las personas que lo habitamos… Las cosas cambian y yo me alegro de hacerlo con ellas.

Así que en adelante, iré sacando mis publicaciones de una de esas redes ofrecidas “generosamente” por grandes corporaciones que se enriquecen de los contenidos aportados externamente para ir volcándolos aquí, para ti, para mi, porque si…

Quiero dar las gracias a colectivos como RiseUp! que se lo curran para ofrecer este tipo de servicios sin convertirse en sanguijuelas de la información personal, permitiendo la que la libre expresión de ideas sea un hecho al alcance de prácticamente todas.

Seguimos caminando!


reencontrándome con mis pies…

Durante las tres últimas semanas, y siempre que el tiempo lo permite, todas las mañanas me tomo un ratito sentado en una terraza delante de los edificios donde ando trabajando.

Es una sensación agradable, la de dejar a un lado las prisas y sentarse a observar.

Así que estos días, mientras sorbo pequeños tragos de un cargado café, a veces alternados con bocanadas de un pitillo rápidamente liado, paseo la mirada por la plaza donde convergen las salidas de los tres edificios de oficinas que la conforman y, todas las veces, además de la multitud de seres caminantes, apresurados en su caminar, viene a visitarme una pequeña hoja de plátano de sombra (platanus x acerifolia), hay montones de éstos árboles dejando caer sus hojas secas, en esta época, así que no es algo tan poco natural, ver hojas sueltas.

Lo que imagino que tiene de curiosa esta visita de las hojas secas, es que en todas las ocasiones, las hojas suelen detenerse a pocos metros de donde me siento y, mientras las observo, me regalan una pequeña danza aérea revoloteando esquivas entre los pies de las personas, subiendo y bajando al capricho de las ráfagas de viento que las avivan.

Siempre capturan mi atención, estos anárquicos bailes foliales que, con su pequeña gracia, vacían mi cabeza de otros pensamientos, dejándome una sensación de serena calma que me permite enfocar el pensamiento en alguna de las pildoritas vitales que, tambien, he comenzado a digerir estos días.

Estas pildoritas vitales son de orígenes varios…

Unas son pequeños fragmentos de texto que, por las mañanas, recojo de un interesante libro que una amiga me ha invitado a leer, el libro se llama “Actos de Fé – Mediataciones diarias para gente de color“, y recoge breves frases célebres en la cabecera de cada página para despues desarrollar un razonamiento muy sentido relacionado con la oración del principio y rematar con otra sentencia que, generalmente, te remueve por dentro hasta los higadillos.

Para recoger estos fragmentos de texto, todas las mañanas tomo entre las manos el libro cerrado y comienzo a pasar las hojas cual si un mazo de cartas se tratase, deteniéndome en el momento que siento que debo hacerlo. Siempre resultan un auténtico mazazo para la mente, estas páginas escogidas, mostrándome algún sentimiento o idea que, personalmente, no he acabado de digerir y me remueve por dentro.

Otras veces, las pildoritas vitales vienen de otra amiga que tambien anda trabajándose el compartir, con mucho amor, fragmentos de alegría y vida. Ella recoge algunos de estos fragmentos de otro libro, “Recetas de lluvia y azúcar“, del que ella, amablemente, absorbe fragmentos que nos lee y comparte con mucha gracia y magnífico sentir.

Entre los dos libros, todas las mañanas encuentro algún nuevo motivo para sentarme tranquilamente en esa plaza y sentir, tratando de asimilar, aquellas emociones que se me mueven al tragarme la pildorita matutina.

Me han  permitido darme cuenta de muchas cosas. He podido observar que, en mi afortunado discurrir por la vida, he tenido ocasión de ponerme muchos tipos de calzado en los pies.

Una veces he vestido rígidas botas que aseguraban mis pies, protegiéndolos contra torceduras y defendiéndome de los pisotones, voluntarios o no, de los seres con los que me cruzaba.

Estas botas que me protegían, tambien supusieron muchas veces un peso extra, que enlentecía mi ligero caminar haciéndome recorrer la vida sin preocuparme de los pies que yo pisase, pues al fin y al cabo, estaba perfectamente protegido y yo no sufría ni sentía las consecuencias de mis pisotones. Otro inconveniente de estas botas es que tambien, por su rigidez y dureza, impiden a los pies sentir el viento que refresca y alivia los roces provocados por tamaña protección. Llevé bastante tiempo, estas botas…

Otras veces, ágiles zapatos deportivos me cubrieron los pies, dejándome volar más en sintonía con mi viveza, deslizándome por los caminos alrededor cual guepardo emocionado.

Con estas zapatillas pude sentirme más suelto, volando de una forma que encontraba más en sintonía con mi viveza y sentir, deslizándome por los pasos de la vida cual un rápido atleta en plena carrera. Con ellas salté obstáculos, pisé charcos y recorrí larguísimas distancias, pudiendo atisbar todo tipo de situaciones alrededor mío pero, poco a poco, me fui dando cuenta de que la velocidad se llevaba por delante parte del disfrute de los hitos que el camino disponía alegre ante mi.

Tuve la suerte de calzar mocasines, estos ligeros calzados que se adaptan al pie casi como una segunda piel y, aún protegiéndolo, nos dejan sentir los cambios de temperatura, ofreciendo moderada protección ante las intemperies de la vida. El problema de los mocasines es que no son adecuados para casi ninguna de las actividades interesantes de la vida. No puedes correr mucho tiempo con ellos, pues quedan hechos polvo en seguida. La protección que ofrecen sirve sólo contra pequeños contratiempos, pues los más grandes accidentes, generalmente, los dejan inútiles también. No pueden sufrir muchos maltratos, pues los materiales de los que están hechos no resisten bien las inclemencias de la vida y, casi siempre, un pequeño deterioro acaba siendo un estropicio completo del calzado.

En alguna ocasión, también encontré sandalias, como las famosas hawaianas tan de moda por Brasil.

Qué decir de estas sandalias. Ligeras como son, dejan que los pies sientan todo alrededor suyo, te exponen a pisotones y caídas de objetos accidentales, pero tambien dejan que el sol nos reviva con su energía y su luz, nos permiten mojarnos los pies directamente, sintiendo el frescor del agua en cada poro como un bálsamo de vida. Con ellas pude observar caminos nuevos, gentes nuevas, vidas distintas. A veces las sandalias son una de cada tipo, a veces una va rota y tiene pedazos de cinta sujetando su estructura, son calzados baratos que apenas cuesta conseguir, aunque haya seres que apenas pueden permitirse unas de estas, vaya. Lo más bonito de las sandalias es que son, probablemente, el calzado que más fácil es sacudirse de encima, apenas basta una media patada al aire para que salgan volando por los cielos.

Y eso nos lleva a los pies descalzos, la pata pelá, como dicen por algunos sitios.

La pata pelá tiene su arte, seguro. Es, por supuesto, la forma más fácil de exponerse ante la vida, nos deja los pies como son, desnudos y sencillos, vulnerables y expuestos ante cualquier inclemencia o inconveniente. Pies desnudos, pies negros, pies que vibran con la vida, pies que a veces, dejan de sentir de tanto encontrarse con piedrecitas en su tránsito. Sin entrenamiento y costumbre, la más mínima espina nos hace estremecernos de dolor, y los pisotones se convierten en enemigo a evitar a toda costa, pero tambien, precisamente por esto, nos vuelven rápidos y atentos a donde vamos a meter los pies, no queremos arriesgarlos.

Frío, suelos duros, playas ardientes… Numerosas situaciones nos hacen, de esta forma, caminar de puntillas y con delicadeza. De todas las formas de caminar que he encontrado, esta es, probablemente, con la que más a gusto me siento.

No es una forma de caminar para todos los momentos, es una forma de caminar que requiere pericia y mucha práctica, requiere sabiduría para saber cuando es apropiada y cuando, por salud, debemos buscar alguno de los calzados que ya conocemos. Es la manera que, personalmente, me ha permitido darme cuenta de que todos y cada uno de los calzados que he ido llevando por la vida, tienen su momento y su lugar, su propósito y necesidad y que, aunque hay que protegerse y equiparse para cada tramo de este camino tan bonito que es la vida, siempre que sea posible, hay que tratar de sentir el recorrido con toda la planta del pie, con cada milímetro de piel que podamos exponer al mismo, con dulzura y delideza, con mimo y atención, pues un pie descalzo pero entrenado es la mejor herramienta para discurrir con felicidad por la senda de nuestra experiencia vital.

Sigamos caminando!


dos conversatiorios de un Chile revuelto

Durante la última etapa de mi aventura por tierras chilenas, tuve ocasión de participar en dos conversatorios de corte bien diferente.

El primero tuvo lugar en Isla de Maipo (Región Metropolitana de Santiago de Chile), en el antiguo retén de presos reformado en centro de la memoria, el 6 de Octubre de este 2018, y reunía a unos cuantos personajes harto relevantes en la historia reciente de Chile para hablar concretamente de los hechos acaecidos durante el golpe de estado de Pinochet en la zona de Isla de Maipo / Lonquén, región metropolitana de Santiago De Chile.

Luis Navarro, Hernán Contreras y Juan Luis Gumucio compartieron sus experiencias durante la época en la que la Vicaría de la Solidaridad llevó a cabo importantes tareas de apoyo y denuncia social, trabajando para crear la figura de los detenidos desaparecidos, que posteriormente permitiría denunciar muchas de las tropelías y asesinatos que se sucedieron durante toda la época del regimen dictatorial de Pinochet.

Esta es una foto de estos tres grandes:

La labor que desempeñaron y desempeñan representa un ejemplo de lucha social y esfuerzo por denunciar los abusos y atropellos que el poder y los que vencen ejercen siempre sobre los oprimidos, sobre los que pierden, sobre todos aquellos que, en cualquier momento, se oponen y luchan por un mundo más justo y mejor para todos.

En el caso concreto de Lonquén, en 1973 se hizo desaparecer (se asesinó) a 15 personas de la región. Sus cuerpos serían encontrados el año 1978, cinco años después, en unos viejos hornos abandonados en una mina de cal en los cerros de Lonquén, estas serían las primeras osamentas de detenidos desaparecidos encontradas durante la dictadura militar.

Sus nombres, para recordar:

ENRIQUE ASTUDILLO ÁLVAREZ

RAMÓN ASTUDILLO ROJAS

OMAR ASTUDILLO ROJAS

CARLOS HERNÁNDEZ FLORES

OSCAR HERNÁNDEZ FLORES

NELSON HERNÁNDEZ FLORES

SERGIO MAUREIRA LILLO

SERGIO MAUREIRA MUÑOZ

JOSÉ MAUREIRA MUÑOZ

SEGUNDO MAUREIRA MUÑOZ

RODOLFO MAUREIRA MUÑOZ

IVÁN ORDÓÑEZ LAMA

JOSÉ HERRERA VILLEGAS

MANUEL NAVARRO SALINAS

MIGUEL BRANTT BUSTAMANTE

Luis Navarro trabajó como perito fotográfico de dicho suceso, Hernán Contreras era abogado de la Vicaría de la Solidaridad y Juan Luis Gumucio trabaja activamente en la Corporación Lonquén ayudando a las familias a sacar a la luz la verdad de lo que ocurrió entonces.

Podeis ver un video con el contenido del conversatorio completo en el siguiente enlace:

Conversatorio “Por la Fuerza de la Memoria – Hornos de Lonquén”

Este conversatorio acogió a afectados por los hechos y tambien, que es lo bonito, a un buen  número de jóvenes que muestran su preocupación tanto por lo ocurrido en el pasado, como por el devenir de la historia en estos momentos tan delicados y de tan necesaria lucha activa.

Algunas fotos del evento están recogidas en la página de @TeamTiras, en el siguiente enlace:

@TeamTiras – Fotografías del conversatorio “Por la Fuerza de la Memoria – Hornos de Lonquén”

Os recomiendo la escucha tranquila del mismo pues, aún siendo dos horas de conversaciones, captura y se expresan conmovedores sentimientos y pensamientos que se hacen harto precisos para mantener y avivar la lucha y la denuncia contra todas las opresiones que a lo largo del planeta se van reproduciendo y que, en Chile particularmente, se encuentran en un incendiario estado de actividad en estos momentos.

Una frase, de este conversatorio:

“Hay que defender la libertad, hay que defender la democracia, como sea, no es lo perfecto pero es lo mejor que hay, tienen que ser valientes y luchar por lo que ustedes crean, no dejarse llevar por lo que está de moda simplemente, o por lo que está imperando, el consumo […] Hay que luchar por los derechos humanos, es esencial, es la única manera de protegerlos“.

Luis Navarro.

El segundo conversatorio tuvo lugar en la Universidad Alberto Hurtado, en Santiago de Chile, y organizado por el movimiento estudiantil de la zona. Venía a visitarnos Alexis Rojas, altamente implicado en movimientos de protesta social y defensa de derechos humanos y ambientales y miembro del “Cabildo Abierto de Quintero Puchuncavi“.

La temática, aún manteniéndose en el ámbito de las opresiones y abusos del poder, está directamente relacionada con hechos que están sucediendo (y llevan años) en la región de Quintero-Puchuncavi, donde el gobierno de Chile, escudándose en el término “Zona de Sacrificio Ambiental”, hace decenas de años que comenzó a alojar a todas las empresas altamente contaminantes y que están, desde entonces, destrozando la región y matando a sus habitantes.

La región de Quintero estaba calificada como uno de los entornos naturales más hermosos y fue, en su momento, objetivo incluso de los piratas y asaltantes dada su riqueza en metales preciosos y caros.

Este desastre, motivo del conversatorio, comenzó entre 1945 y 1958 con el establecimiento de la primera empresa en la región, Chilectra, hasta llegar a la cifra de 17 empresas, todas ellas altamente contaminantes (Oxiquim, Chilectra, Enami, Chilgener, Gasmar, Cordex, Gener, Copec…).

Aqui teneis un listado de todas ellas, con un eje cronológico (desconozco si está completo):

Termoeléctrica, refinerías y terminal de gas: Cuáles son las fuentes contaminantes en Quintero y Puchuncaví

En esta región hacia finales de los años 80 ya se dió una denuncia que lamentablemente no progresó demasiado, el caso de los “Hombres Verdes de Enami”, del que podeis ver un documental aqui:

[nadasimple.todosimple] :: hombres verdes

La desgarradora historia de los “Hombres Verdes” tiene en su haber centenares de muertes por contaminación con metales pesados, arsénico y otros venenos. Todos causados por las empresas alojadas en la región y de los que practicamente salieron impunes.

Actualmente, la situación está tornándose altamente peligrosa. Recientemente (Agosto de 2018) hubo un escape de gas que generó una nube toxica amarilla enfermando a numerosos habitantes de la región, con más de 400 niños y niñas de la zona gravemente enfermos.

Puedes encontrar buena y detallada información con fotografías en el siguiente enlace:

Una historia de nubes amarillas: el “genocidio ambiental” de las fábricas chilenas (fotos)

Durante el conversatorio, se tocaron otros terribles temas adicionales, como los habituales abusos policiales contra los protestantes, la muerte sin aclarar de Alejandro Castro (el mechas), activo miembro del sindicato de Pescadores de Quintero S-24 y muy implicado en las protestas contra la contaminación de la zona, o las veladas amenazas que Carabineros dejaba caer sobre familiares de otros activistas, enseñándoles fotografías tomadas en la calle y mostrando “preocupación” por su seguridad.

¿Asesinato o suicidio? La muerte de Alejandro Castro

Poco tiempo despues de esta reunión que compartimos con los estudiantes en la Universidad Alberto Hurtado, Alexis Rojas tambien tuvo un encontronazo con Carabineros y acabó en comisaría.

Es claro que la violencia estatal, en Chile, no es nueva y está a la orden del día, ejercida constantemente contra todas aquellas voces que se alzan en protesta, contra todos aquellos líderes y seres que continuan luchando por denunciar abusos estatales y mejorar la vida de los habitantes en su entorno.

Hace unos pocos días tambien resultaba muerto Camilo Catrillanca, activista político muy vinculado a la causa mapuche.

Fiscalía revela video del operativo que terminó con la muerte de Camilo Catrillanca

La violencia y presión estatal e internacional es un hecho, nadie puede ponerlo en duda. Ejercida algunas veces directamente, como en estos casos de Quintero, los activistas mapuches, o las víctimas de Lonquén, o más indirectamente como ocurrió durante la época de gobierno de Salvador Allende, previa al golpe de estado de Pinochet, en la que medidas de presión y embargo ejercitadas internacionalmente (como recientemente reconoció el gobierno de los estados Unidos con el embargo del cobre o las huelgas de transportes en que se pagó a los camioneros chilenos para que NO entregasen sus mercancías) buscaban dificultar y hundir la economía chilena, tratando de que el pueblo culpabilizase de las carencias al propio gobierno y forzar, de ese modo, un cambio hacia dirigentes más afines políticamente a la ideología liberal capitalista de los EEUU.

Urge encontrar nuevas formas de articular la protesta social, nuevos mecanismos de reactivación de la lucha que agilicen la comunicación de los implicados manteniendo su seguridad, protegiéndolos y facilitándoles un calado mayor en la sociedad, como ocurrió, parcialmente en Chile, durante el gobierno de Allende con aquella futurística red de comunicaciones que se adelantó a Internet, SYNCO. Una red que, aún disminuída y no plenamente operativa, permitió al gobierno optimizar los recursos que tenía a su disposición para mantener, incluso con los bloqueos económicos y las presiones internacionales, una relativamente eficiente distribución de los recursos necesarios en cada provincia y región.

Puede que Chile, tan intensamente inmersa en la lucha social en estos momentos, pueda volver a darnos un ejemplo de organización y activismo social, imaginando nuevas herramientas y mecanismos que permitan, de una vez, desbancar del gobierno a tantos abusadores que solo saben gestionar la cosa pública en su propio beneficio.

Por la razón, siempre, Chile…


mi tarjetaBip!

Pues sí que ha sido una buena temporada ésta última en la que pareció no apetecerme, eso de sacarle punta a la vida…

Hoy llevo ya varios días afilando el lápiz para darle dos o tres puntadas a unas cuantas ideas que me rondan y no puedo más de la emoción, así que quiero presentaros mi tarjetabip!.

Mi tarjetabip! está enchulada, maqueadita para que me entendáis algunos. En muchos lugares de Santiago (parques especialmente) puedes encontrar gente que “te enchula la bip!” por unos cuantos pesos, de forma que no se confunda con la de nadie más. Incluso en internet hay gente emprendedora que ya se ha puesto a anunciarse, infórmate!

La tarjetabip! de serie es azul liso y aburrida.

En breves palabras, la tarjetabip! es la herramienta fundamental para el transporte público de Santiago de Chile, Chile.

¿Para todo? Bueno, para todo, no.

Está bastante bien implantada en el sistema de metro, tan implantada, que uno diría que hay más de un interés o propósito, en esto. Sin embargo, no ha calado tanto en las “micros”, los autobuses de Santiago, mejor pregunten a los conductores las razones. Estas micros darían para contar decenas de anécdotas diferentes: comercio rápido, lotería, cantos y grupos de tunos, perros que eligen donde se suben y donde se bajan… Hay mucha vida, en esas micros.

Tanto transitar subiendo y bajando por cualquier puerta abierta, en pocas palabras, gastando poco saldo de tu tarjetabip!.

También le eché algunos cientos de pesos a la tarjetabip! en entretenidas lecturas al ritmo del traqueteo del vagón de metro desde y hacia “lo vial” cobijando entre las manos alguno de los libros recomendados. Entre ellos, en el tercero de la serie “Historia secreta de Chile” de Jorge Baradit, me encontré un capítulo titulado “¿Esclavos africanos pelearon en la Independencia de Chile?” en el que menciona, en algún momento, un par de pinturas que retratan momentos de batallas chilenas. En ambas, observa, se muestran soldados africanos combatiendo del lado independentista chileno.

“Batalla de Chacabuco”, de José Tomás Vandorse.

“Jura de la Independencia”, de fray Pedro Subercaseaux.

El texto completo del pasaje está muy bien cuidado, narrando entre otras cosas los diferentes pasos que, por la cordillera de los Andes, tuvieron de los desafortunados miembros de los batallones 7º y 8º, en cuya formación se encontraban, entre otros, africanos como los de estas pinturas.

Introduce hermosas reflexiones y detalles, hablando del esclavismo y la dicotomía de la libertad condicionada que os removerán hasta la mélula, pero no quiero robaros la emoción que supone leerlo, así que os dejo sólo una pildorita: este batallón de africanos que luchó por la independencia chilena se acabó llamando “Batallón de Ingenuos de la Patria”.

Y me terminé el capítulo y me lo dejé apuntado para releer, imagino que por esa pequeña marca de ácido humor que encontré en la curiosa relación entre mi enchulada tarjeta de transporte público y este capítulo de la historia del Chile de mis amores y el caso es que anoche, rebuscando alguna película para quedarme frito en horizontal, me encontré de morros con la última de Spike Lee, BlacKkKlansman que, ambientada en los años 70 en los Estados Unidos, narra la historia del primer policía negro asignado a la comisaría de Colorado Springs, con el movimiento Black Panthers empezando a convulsionar y una población altamente activa con un discurso político coherente y bien estructurado.

La película me mantuvo enganchado de de principio a fin, disfrutando con cómo destroza “con un negro humor excelente” arquetipos racistas y aporofóbicos. Y para terminar ese pedazo de película, cuando ya hurgaba en internet algo más sobre el filme y encontrándome algunas pildoritas interesantes, comienza a sonar en los créditos este “Mary don´t you weep” de Prince para poner los pelos de punta, “hoygan”!

Esas pinturas de antes, ahora se me antojan interesantes, para enchular mi tarjetabip!.

Buenas noches.

Info Tarjeta bip!

El resto de la BSO lo teneis aqui.

Un apunte interesante sobre la película está aqui.


Varón, blanco, heterosexual, con trabajo y sin ninguna discapacidad… todo lo que digas podrá ser utilizado en tu contra.

El suicidio personal, social y, probablemente, digital, pero es que me resulta engorroso y en muchas ocasiones bastante escabroso elaborar cualquier opinión, en la actualidad, sin tener la desagradabilísima seguridad de estar, con mi actitud o pensamiento, pisando el callo de éste, aquel o el de acullá grupo (o grupa), colectivo (o colectiva), hermandad, etnia, raza, familia, congregación, individuo (o indivudua), vaya usted a saber cuántas diferentes sensibilidades tienen (como siempre) cabida en lo variopinto de quienes convivimos en la parte en que esas cosas son las que parecen importantes en este cuerpo errante.

Nótese que sólo hago hincapié en hacer aparecer la forma femenina de aquellas palabras que, por su masculinidad de género gramatical, puedan ofender por parecer excluyentes al otro enorme colectivo sin el cual, obviamente, no sería posible toda esta charada que venimos llamando humanidad; las demás formas, siendo féminas en su origen gramatical y mayoritarias en número, espero compensen el desliz de este, otro desconsolado varón blanco, heterosexual, con trabajo y sin ninguna discapacidad que, por los motivos que sea, aún empatizando visceralmente con algunas de las sensibilidades del mundo mundial y respetando que cada cual pueda expresar las suyas, se atreve a expresar que hoy, con tantísima variedad para colmar los gustos, se está perdiendo un poco el norte del dilema real, el vestido es blanco y dorado o azul y negro?


sampleo

Por tomar un fragmento

del tú que me brindas

para escribir estas líneas

y no guardármelas dentro.

Por deshacerte el cuerpo

y no encerrar las sonrisas

para el disfrute al que invitas,

de normas, en un féretro.

Aunque el calor de mi fuego

pueda esparcir a la brisa

lo mejor de tus cenizas,

muchas gracias, sampleo.

SAMPLEO. Enero, 2015.


Flores para Algernon – Daniel Keyes

Estupenda novela de Daniel Keyes que nos presenta, manteniendo un paralelismo entre un ratón cobaya (Algernon) y otra cobaya humana (Charlie Gordon), en el devenir de un experimento científico destinado a incrementar notablemente la inteligencia.

Con un peculiar estilo de redacción ejecutado en primera persona cual si de un diario del protagonista se tratase, vamos pasando páginas regalándonos con la evolución en la escritura y expresión de nuestra cobaya humana, mientras la capacidad de raciocinio del sujeto evoluciona progresivamente, el cinismo, la acidez y el desencanto van sustituyendo al inicial entusiasmo y alegría ante las nuevas posibilidades que se abren en la vida de Charlie.

Con intensas dosis de ternura y cierta inevitable identificación con el personaje, Keyes casi nos obliga a recorrer las páginas del libro a trompicones, exasperándonos con cada descubrimiento de las facetas menos amigables del carácter de los acompañantes de Charlie en la historia.

Con giros del argumento que resaltan, a modo de crítica según mi entender, la actitud de superioridad social frente a personas dificultadas por alguna discapacidad, se trata de una lectura muy recomendable, tanto por lo inesperado del estilo como por el argumento y enfoque que se le da al manuscrito.

http://www.quedelibros.com/libro/7677/Flores-Para-Algernon.html


30

De mi padre heredé el viento
con el que me muevo al soplar
y de mi madre la humildad
con la que hoy me presento.
Niño con vida de cuento,
frutas, cálidas sábanas,
viajes, caricias, batallas,
sonrisas, dulces, abrazos
acunaron esos años
noches apesadumbradas.

Aprendí mientras soñaba
cómo era jugar solito
creándome un mundo exquisito
en el que yo disfrutara.
Recuerdo mi infancia sana
con sus momentos de ausencia
causados en apariencia
por un discutir constante
entre corazón y mente
que al final cobró su pieza.

Crecí sin un mal abrazo
que me curase las penas,
sentí ese frío en las venas
que nos provoca el rechazo.
Me quedé sólo y callado
jugando en el pensamiento
y así casi sin esfuerzo
me hice amigo del silencio
y con su mirarme sobrio
mostrome todos mis miedos.

Fui parte de este problema
de objetivar a mujeres
ahora me esfuerzo por verme
y derribar mis barreras.
Bárbara mujer guerrera
de acerado mirar recio
mostróme todo el desprecio
que un necio necesitaba
mi disculpa avergonzada
nunca es suficiente precio.

Dejé que de mí una parte
por hacer oidos sordos
y evitarse mucho dolor
desfalleciese de hambre.
Follé con quien quiso amarme
mentí y obvié cosas que hacía
y aunque mantuve la magia
por muy poco no destruyo
la escasa inocencia que aúno,
solo puedo decir gracias.

Me comí mis propias tripas
pensándome en mi libertad
y no pude ver la verdad
hasta que por fin tu te ibas.
Pensé que en eso moría
el volver a verme bello
y se me agarró al cuello
la tristeza que me guarda
ahíto de hambre de cama
y del olor de tu sexo.

Probé del cielo su néctar
de las nubes su agua clara
en las montañas guardada
la vida que me conecta.
Probé vida más abyecta
buscando verme de nuevo
tropecé con ese velo
de la más sucia ignorancia
perdida en la turbia y rancia
máscara del pobre sexo.

Por sentirme chiquitito
y no creerme merecer
me alejé del placer que es
estar con quienes confío.
Fue tanto el dolor sentido
tanta la pena guardada
que perdí la confianza
en que yo tambien tuviese
derecho a que se me viese,
aún puedes ver esa marca.

Me confieso un tipo vivo,
sencillo, alegre y calmado
suelo estar más que callado,
cuando ando pensativo.
Sin embargo esos motivos
se tornaron un tormento
negando que el sentimiento
se expresara con voz clara,
cuando ya quise escucharla
apenas era un recuerdo.