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De mi padre heredé el viento
con el que me muevo al soplar
y de mi madre la humildad
con la que hoy me presento.
Niño con vida de cuento,
frutas, cálidas sábanas,
viajes, caricias, batallas,
sonrisas, dulces, abrazos
acunaron esos años
noches apesadumbradas.

Aprendí mientras soñaba
cómo era jugar solito
creándome un mundo exquisito
en el que yo disfrutara.
Recuerdo mi infancia sana
con sus momentos de ausencia
causados en apariencia
por un discutir constante
entre corazón y mente
que al final cobró su pieza.

Crecí sin un mal abrazo
que me curase las penas,
sentí ese frío en las venas
que nos provoca el rechazo.
Me quedé sólo y callado
jugando en el pensamiento
y así casi sin esfuerzo
me hice amigo del silencio
y con su mirarme sobrio
mostrome todos mis miedos.

Fui parte de este problema
de objetivar a mujeres
ahora me esfuerzo por verme
y derribar mis barreras.
Bárbara mujer guerrera
de acerado mirar recio
mostróme todo el desprecio
que un necio necesitaba
mi disculpa avergonzada
nunca es suficiente precio.

Dejé que de mí una parte
por hacer oidos sordos
y evitarse mucho dolor
desfalleciese de hambre.
Follé con quien quiso amarme
mentí y obvié cosas que hacía
y aunque mantuve la magia
por muy poco no destruyo
la escasa inocencia que aúno,
solo puedo decir gracias.

Me comí mis propias tripas
pensándome en mi libertad
y no pude ver la verdad
hasta que por fin tu te ibas.
Pensé que en eso moría
el volver a verme bello
y se me agarró al cuello
la tristeza que me guarda
ahíto de hambre de cama
y del olor de tu sexo.

Probé del cielo su néctar
de las nubes su agua clara
en las montañas guardada
la vida que me conecta.
Probé vida más abyecta
buscando verme de nuevo
tropecé con ese velo
de la más sucia ignorancia
perdida en la turbia y rancia
máscara del pobre sexo.

Por sentirme chiquitito
y no creerme merecer
me alejé del placer que es
estar con quienes confío.
Fue tanto el dolor sentido
tanta la pena guardada
que perdí la confianza
en que yo tambien tuviese
derecho a que se me viese,
aún puedes ver esa marca.

Me confieso un tipo vivo,
sencillo, alegre y calmado
suelo estar más que callado,
cuando ando pensativo.
Sin embargo esos motivos
se tornaron un tormento
negando que el sentimiento
se expresara con voz clara,
cuando ya quise escucharla
apenas era un recuerdo.