Hoy el tiempo pierde el tiempo,
la carrera queda rezagada,
el escote del mañana asoma constreñido
en el corpiño descarado
del trueque automatizado.
Las barreras del idioma
barridas en la distancia
por el más duro axioma
del color de las finanzas,
mientras la izquierda
busca en su alma
la certeza la calma.